POEMA A UN CHICO ADICTO

Polvo de sueños
¿Cómo estás amigo pasajero?
¿A dónde llevaste tus problemas que te aquejaban?
¿En qué tarde de domingo te quedaste para pasear a tu amor adolescente?
La blanca dama que llaman cocaína te venció,
te llevó a uno de esos mundos de los tantas veces me hablaste,
de seres imaginarios y de paz insegura.
Estabas viviendo un infierno, pero te ganaste el cielo,
por cada charla compartida, por cada palmada sentida.
Te quitaron el aroma de las noches veraniegas,
porque en la nariz te metían barata porquería
que traía acompañada una clase de suerte que jamás encontrarías.
¿De que moda te hablaban? ¿Que problemas olvidarías?
Si lo único logrado es tu temprana partida.
¿En qué pensamiento se habrá quedado bloqueada tu mente?
Cuantas cosas por contarme, cuantos miedos sin conocer te llevaste contigo.
Si yo ya no soy tu confidente dime quien me remplaza ahora,
si la luna que te acompaña o las nubes que te envuelven,
yo, mientras tanto, le diré a las estrellas
que cuando tengas fríos te cobijen
y que dos ángeles trompeteros sean tu guardas,
que no den lugar a la alucinación,
que no dejen que los fantasmas de las noches terrenales te molesten,
que no te tomen de los pies
que no aparezca el pequeño junto a la ventana
y que los perros no te aúllen a coro
mientras lloras acurrucado como un niño en busca de consuelo,
mientras el alma se empequeñece para caberte en la palmas de tus manos.
Los pájaros negros ya no atraviesan el rosado atardecer de la cálida avenida q un día describiste en una trizte canción,
Avevenida donde se alistan los pinos y donde mañana junto a sus sombras te buscaré,
Me decías de haber tocado fondo, tú fresca sonrisa se perdió en las oscuras colinas que por las noches visitabas para probar el amor,
Perdóname por que yo también tuve mis miedos
no pedí ayuda porque como a vos seguro no me escucharían,
sabes que a pesar que es tarde hoy estoy arrepentido
y te doy las gracias por que dejaste un poco de vos en mí
y partiste al cielo un poco más aliviado,
y porque seguramente habrá miles como vos que no quieren partir
pero tampoco pueden salir del polvo que se les cruza por los ojos,
mientras gramo a gramo pierden un instante de su vida
un recuerdo, un presente, un segundo que no volverá,
un momento que no vivirán y por tu recuerdo a ellos ayudaré,
no te olvides de mí, cada día que mires la tierra habrá un pequeño punto que te estará mirando, habrá un alma pensando en ti, escuchando tu vos y sintiendo tu paz.
Porque olvidaste tus sueños, porque se apago el brillo de tus ojos y se convirtieron en rojo fuego,
por favor que ya puedas haber encontrado la paz que recitaba tu alma
aunque tu ausencia sea mi sufrimiento eterno
y tu partida mi culpa infundada, pero sentida.

Moreyra Xavier Augusto